Propuesta de implementación de una PMO
sábado, 10 de julio de 2010
sábado, 3 de julio de 2010
Balanced Scorecard (Cuadro de Mando Integral)
Dentro del conjunto de herramientas que nos permiten una gestión exitosa de nuestras empresas, está sin duda el Balanced Scorecard (otras formas de denominarlo son Cuadro de Mando Integral, Tablero de Comando, o Tarjeta de Valoración Equilibrada).
Desde que se introdujo el concepto de BSC en 1992, por una división de KPMG, fue implementado a niveles corporativos, de unidades de negocios, funciones de servicios, e inclusive a nivel individual, en cientos de organizaciones privadas y públicas de todo el mundo.
El Balanced Scorecard fue seleccionado por la Harvard Business Review como una de las ideas de negocio más influyentes de los últimos 75 años. El libro Balanced Scorecard de Kaplan y Norton es el número uno en ventas de libros de negocios de Amazon. Más de un 50% de las empresas Fortune 1000 han implementado Balanced Scorecard (The Gartner Group).
Pero repasemos lo conversado hace 2 semanas atrás, sobre los indicadores clave de resultados, o Key Performance Indicators (KPI’s). Decíamos que un sistema de gestión basado en un sistema de información gerencial moderno nos permite focalizarnos en algunos pocos indicadores que, para cada nivel organizacional, brinda los indicadores “clave” (KPI’s), aquellos ratios cuyo seguimiento sistemático permite maximizar la rentabilidad del negocio, y al mismo tiempo mantener bajo control los riesgos.
¿Cuántos indicadores son adecuados para volcar en un Balanced Scorecard? No más de 5 ó 6 por cada una de sus cuatro “dimensiones”:
1. la financiera, basada en información contable, que por definición, está desactualizada en al menos algunos días (el proceso de contabilización no es inmediato);
2. la interna, que está relacionada con los procesos de la empresa;
3. la de formación e innovación de los empleados; esta dimensión se refiere a la capacidad y competencia de las personas; aquí se consideran indicadores de satisfacción de los empleados, productividad, capacitación, innovación, etc;
4. a perspectiva del cliente.
Así, el BSC consigue guiar la actuación actual de la empresa y marcar los objetivos de su actuación futura.
Bases para la construcción del BSC: se determinan algunos indicadores críticos a ser monitoredos, así como las relaciones causa efecto entre los mismos para entender el modelo del negocio. Las perspectivas están vinculadas en relaciones de causa efecto de tipo bi-flow.
Por ejemplo, si se trabaja en “aprendizaje”, mejorarán los procesos internos (que son efectuados por los empleados); con empleados capacitados y motivados, y procesos bien diseñados, aumentará la satisfacción de los clientes, y finalmente ello redundará en un mejor resultado financiero.
Un comentario final: el Tablero de Comando perfecto no existe. Sólo existe uno bueno, que puede ser desarrollado a partir de un gran esfuerzo, y que alcanzará en una primera etapa resultados modestos; pero al mismo tiempo tendrá la virtud de servir como punto de partida para la construcción permanente del Tablero que, mediante sus indicadores, nos permitirá avanzar rápidamente en alcanzar la Visión de la empresa. Y a medida que dicha Visión se modifique, el Tablero nos permitirá realinear recursos, procesos y clientes en el sentido en que el cambio se produzca.
sábado, 26 de junio de 2010
Cambios rápidos (SMED)
Siguiendo con el análisis de cuestiones que nos permitan reducir costos, ser más competitivos, y ganar más dinero, o ganar en vez de perder, hace un mes hablábamos de la mejora de procesos, y nos preguntábamos:
¿Qué cuestiones se pueden tener en cuenta en una empresa, comercio, o estudio profesional para mejorar sus procesos, ser más eficiente, y hacer más con menos?
Es fundamental eliminar los pasos que no agreguen valor. Cuando se empieza a pensar con el enfoque de procesos, aparecen muchas cosas que no agregan valor. Por ejemplo, Toyota, tenía una estimación de que en cualquier proceso productivo, el 85% del tiempo nadie le está haciendo nada al producto o servicio para agregarle valor.
Dentro del tiempo muerto, un componente que puede ser muy comprometedor es el de preparación de las máquinas o de las líneas de producción para cambiar de un producto a otro.
Hay empresas que han podido disminuir el tiempo de preparación de una máquina de manera impensable, aplicando una técnica, un enfoque, desarrollado por el japonés Shieo Shingo, conocido como SMED, que es el acrónimo de Single Minute Exchange of Die: cambio de herramienta en (pocos) minutos, o tiempo de intercambio de matrices expresable en un dígito; es decir, menos de 10 minutos.
Por ejemplo:
HP disminuyó el tiempo de preparación de su insertador de circuitos integrados de 30 minutos a apenas 3 minutos; Toyota hizo lo propio con su bulonadora, disminuyendo el tiempo de set-up de 8 horas a 58 segundos; por último, un ejemplo local, en el que trabajamos hace varios años, fue el de Kimberly Clark Planta Polyar, en Pilar, cuya línea de fabricación de pañales para adultos tenía un tiempo de cambio de configuración de 8 horas, y que luego de la aplicación del enfoque SMED, lo disminuyó a apenas media hora.
En general cualquier cambio de máquina o inicialización de proceso debería durar no más de 10 minutos, de ahí la frase “single minute” (expresar los minutos en un solo dígito).
¿ Qué es el “tiempo de intercambio”?
Como “tiempo de intercambio” se entiende el tiempo transcurrido desde la fabricación de la última pieza válida de una serie, hasta la obtención de la primera pieza correcta de la serie siguiente; no únicamente el tiempo del cambio y ajustes físicos de la maquinaria. Hay dos tipos de ajustes:
Tipos de ajustes en el SMED
Ajustes / tiempos internos: Corresponde a operaciones que se realizan a máquina parada, fuera de las horas de producción.
Ajustes / tiempos externos: Corresponde a operaciones que se realizan (o pueden realizarse) con la máquina en marcha, o sea durante la producción
El japonés Shingo consideró que los principales obstáculos para reducir los tiempos de preparación son las preparaciones múltiples y los lotes pequeños. Resolver ese cuello de botella es el objetivo fundamental de las técnicas conocidas como Just in Time.
Tenemos que aprender a achicar los tiempos de preparación, para lograr que el producir lotes más chicos sea rentable.
Hace algunas semanas atrás, hablábamos de la recomendación que nos hizo Takao Kasahara: fabricar o producir exactamente lo que el mercado demanda, lo que se vende, y no lo que deberíamos haber vendido.
Una ventaja es poder producir lotes más chicos, pero otra ventaja muy importante es liberar tiempo productivo. Lo más maravilloso de todo, es que estas reducciones de costos, o aumentos en la productividad, se hacen prácticamente sin invertir un solo peso, sólo enfocándonos en ver los procesos desde otro lugar, con una mirada distinta.
Hay un concepto que es el de “lote económico” o EOQ (Economic Order Quantity), que determina el balance entre mantener el stock (que no agrega valor y cuesta dinero) y el costo de preparación de un producto o pieza.
¿Y cómo hacer para reducir los tiempos de preparación de una línea de producción? Primero, entendiendo que se trata de un proceso; por lo tanto, la mejor forma de lograrlo, es a través de la experiencia: iniciamos un proyecto de SMED, y trabajamos en él junto con todos los involucrados en el proceso escogido. Al principio, puede parecer que no se logrará nada, pero con un poco de esfuerzo, se podrá ver cómo los tiempos se reducen al menos en un 50%. Pruébelo!.
sábado, 19 de junio de 2010
Indicadores de Performance Claves ("KPI's")
Son indicadores que están relacionados con variables que se pueden medir, y que además están relacionados con procesos “claves”, esos que determinan que a la empresa le vaya sensacional o no.
Un KPI es una variable medible, relacionada con una serie de procesos contra los cuales se puede comparar (medir) la performance o resultado de objetivos corporativos o empresariales determinados.
Un Factor Crítico de Éxito (CSF, Critical Success Factor) es un o una serie de situaciones o procesos que son críticos para alcanzar los objetivos estratégicos.
¿Porqué son importantes los KPI’s en un proyecto o en las operaciones de una empresa?
1) Para establecer una línea de base, o “Business Case” u oportunidad de mejora en función del punto en el que estamos HOY.
2) Como benchmark, es decir, cómo comparan nuestros propios KPI’s con el resto del mundo (del “mundo relevante: competidores, u otras unidades o plantas de nuestra propia organización).
3) Como medida de éxito, es decir, seleccionando determinados KPI’s para monitorearlos en el futuro, y así determinar el grado de éxito.
1) Se definen los objetivos: por ejemplo, qué necesitamos mejorar
2) Se cuantifican esos objetivos (se determinan los “targets”): es decir, se establece la magnitud de la mejora buscada.
3) Se desarrolla un plan de acción para determinar cómo vamos a medir lo que deseamos.
4) Se mide, es decir, se monitorea el KPI
5) Se evalúan los resultados, y se comunican a las partes interesadas.
6) Se registran y archivan los resultados, en planillas, bases de datos o en un datawarehouse.
Un sistema de control basado en un sistema de información gerencial (MIS) moderno permite focalizarse en algunos pocos indicadores que, para cada nivel organizacional, brinda los indicadores “clave” (KPI’s), aquellos ratios cuyo seguimiento sistemático permite maximizar la rentabilidad del negocio, y al mismo tiempo mantener bajo control los riesgos.
Una vez establecidos los puntos de control, estaremos en condiciones de definir cuáles son sus valores “normales” y, en contraposición, a partir de qué valores debemos intervenir para tomas decisiones que vuelvan los resultados al nivel deseado.
sábado, 12 de junio de 2010
sábado, 5 de junio de 2010
Zentoria y la sustentabilidad
Hoy 5 de junio se celebra el Día Mundial del Ambiente. Fue instituido a fines de 1972 por las Naciones Unidas. Si bien desde entonces se han realizado grandes avances en el camino hacia un planeta sustentable, debemos preguntarnos, 37 años después, si se alcanzó la visión que tuvieron los delegados de las Naciones Unidas de entonces, o si por el contrario, no se ha logrado.
La conclusión es, lamentablemente, que hoy estamos más lejos de vivir en el planeta ideal que muchos imaginaron hace 4 décadas; el hambre y las guerras son hoy una realidad tan o más preocupante que entonces.
Lo positivo, que desde ya existe, y en abundancia, es que hay sobre la faz de la Tierra cientos de miles de personas y organizaciones concientes de los desafíos, que trabajan con compromiso, incluso con heroísmo, para despertar otras conciencias que sumadas a las de ellos, vayan produciendo los cambios que la Humanidad espera, la de hoy, y la que habitará en el planeta del Mañana.
Y es precisamente ése el concepto que le da sentido al término “Sustentabilidad”
Se trata de comportarnos hoy de manera que podamos satisfacer nuestras necesidades vitales, pero al mismo tiempo garantizando que podrán hacerlo las generaciones futuras.
En el mundo empresarial, el vínculo entre lo que hacemos hoy y lo que podamos hacer mañana, suele no estar tan claro. La Revolución Industrial (1750/1820) consolidó el paradigma del “progreso” como sinónimo de eficiencia y productividad crecientes, y la idea de que todo en el mundo puede transformarse y ser visto como un “recurso”, y en consecuencia, ser utilizado a discreción.
En ZENTORIA sabemos que estamos viviendo el comienzo de una nueva era, la de la sustentabilidad. Por eso desarrollamos un área de práctica específica (Sustainability) desde la que ofrecemos mejorar y eventualmente modificar el uso de recursos en los procesos operativos de nuestros clientes. También trabajamos junto a las empresas que están dispuestas a hacer un esfuerzo para que la sustentabilidad pase a ser parte del “ADN organizacional”, innovando en el desarrollo de productos y servicios que se demandarán en esta nueva Era que ya comenzó.
sábado, 29 de mayo de 2010
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